POLICÍA SUBORDINADA
Manfredo Kempff Suárez
Antes, en los peores tiempos del centralismo, la Policía le reconocía obediencia a los prefectos de los departamentos, que eran designados por el jefe del Estado. Hoy, cuando los gobernadores son elegidos democráticamente por el sufragio, resulta que la Policía está fuera de su autoridad. Todavía más, se va a aprobar una ley en la que, en los hechos, la Policía quedará bajo el mando del ministro de Gobierno. ¿Los prefectos de antaño, elegidos a dedo, tenían más legitimidad que los actuales gobernadores elegidos por el voto popular?
Significa que, aunque se designe a un general para comandar en cada departamento, todos estarán bajo la tutela del ministro de Gobierno, es decir que todo se manejará desde su despacho. Los generales estarán para lucir sus insignias de mando, pero deberán consultar todo con el ministro de Gobierno, es decir que no podrán adoptar decisiones. Y desde luego que se repetirán los abusos de siempre, en sentido de que todo ciudadano estará amenazado desde La Paz y allí tendrá que ir a rendir cuentas, con las tristes experiencias que eso nos han traído a los cruceños y a los bolivianos en general. Es parte del totalitarismo masista, que vive temeroso de que se repita otro motín como el del 2019.
El MAS sabe avanzar sigilosamente hasta lograr sus objetivos. Lo hace citando siempre la legalidad. Ahora “premia” a la Policía con 20 generales en vez de cinco, pero no avisa que ninguno de ellos tendrá el “mando único” que le otorga la Constitución. El Comandante siempre estará subordinado al Ministro. Es otro paso del MAS hacia el poder total y un retroceso mayor de las regiones en su anhelada y esfumada autonomía.