
Ismael Schabib Montero
“Senkata es una zona perteneciente al Distrito 8 de la ciudad de El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia según el censo de 2012. Se ubica al Sur de la ciudad en el Distrito. Es conocida a nivel local e internacional por haber sido escenario de protestas sociales durante 2003 y 2019 en los eventos conocidos como Masacre de octubre durante la Guerra del gas y la muerte de civiles durante una intervención militar durante las protestas post fraude electorales de Bolivia en 2019 respectivamente”. (Wikipedia).
Así se conoce a Senkata en el exterior ¿Por qué ha sido un escenario de protestas durante el 2003 y 2019? Porque en esa zona hay un centro de almacenamiento de combustible, gasolina, diésel y gas, uno puede pensar que la gente va a protestar para que se le venda gasolina, pero no es así, las personas que se concentraron ahí lo hicieron por razones políticas, con la intención de crear pánico. Esta gente “carne de cañón”, actuó así manera porque estaba estimulada por otros. Parece una locura, puede serlo, y se puede pensar que estoy mal de la cabeza por escribir esta “fantasía”.
Aunque usted no lo crea, hay gente que se dice política que medra con los fallecidos, mientras más sean, ¡mejor! Normalmente cuando dos bandos chocan violentamente cada grupo defiende su posición y la integridad física de los que son del grupo, pero hay cierto tipo de personas que son la excepción, que propician la muerte de su propia gente para después declararlos mártires y acusar al oponente de genocidio. Los fallecidos que se produjeron en Senkata fueron consecuencia del choque entre las fuerzas del orden y los militares que querían evitar que los manifestantes avasallen y hagan estallar los depósitos con miles de litros de combustible con la posibilidad de generar una matanza mediante una gran explosión. ¿Usted encuentra sana esa actitud? La protesta es legítima, es un derecho, pero se supone que no vamos a ir a protestar a un depósito de combustible o a un polvorín donde se almacena explosivos.
El 2003 se produjeron muertos entre los que lanzaban bombas Molotov a las cisternas que bajaban con combustible desde Senkata en la ciudad del Alto para aprovisionar a los surtidores de la ciudad de La Paz y los que intentaron ingresar por la fuerza a esas instalaciones con la intención de hacerla volar. El 2019 sucedió algo parecido, quisieron asaltar los depósitos y fueron repelidos por las fuerzas del orden generando muertos y heridos una vez más. El 2003 hubo personas que impulsaron estos acontecimientos, fueron declarados “Héroes de Octubre”, se los amnistió y los integrantes el Alto Mando Militar pagaron con varios años de reclusión en un penal de la ciudad de Sucre acusados de genocidio. En el segundo caso la ex presidente Jeanine Añez Chávez está secuestrada por el gobierno a vista y paciencia del pueblo y la comunidad internacional acusada de genocidio y los asesinos que propiciaron esos hechos luctuosos tienen poder político y son intocables, tal el caso de Evo Morales que es sospechoso de haber ordenado y financiado desde el exterior ese lamentable suceso, gente de su mismo partido lo ha comentado.
Esto es inaceptable y horrendo. A esta cultura de muerte del “Manual de Guerra Revolucionaria” se debe poner punto final. La gente que propicia estas acciones debe ser castigada. La opinión pública nacional los conoce.