El asalto a la democracia para formar Estados forajidos
Hugo Carvajal Donoso
Los últimos acontecimientos en Latinoamérica, vuelven a exponer la precariedad del sistema político en las diferentes naciones y la planificada instalación de regímenes arbitrarios en Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Se emplean innumerables recursos económicos de origen dudoso, desplazan equipos de contrapropaganda —campaña negativa—, instrumentalizan el matonaje criminal organizando grupos de choque con funcionarios públicos, desplazan inteligencia militar para controlar a las Fuerzas Armadas, la Policía y dirigentes opositores. Para arraigarlos, promueven el adiestramiento táctico de cuadros políticos en Cuba y Venezuela.
Las anteriores operaciones se fusionan con importantes actividades delictivas alrededor del: narcotráfico, lavado de dinero, esclavización de personal técnico y profesional, extracción depredadora y contrabando de oro, y otras mercancías valiosas. El resultado es la formación de Estados forajidos, encabezados por un Clan —élite— político internacional, dedicado a la: expoliación de los recursos naturales y la organización de actividades ilícitas con la protección institucional de los Estados.
La disputa bipolar del nuevo orden mundial, viabiliza la penetración de China y Rusia mediante favorables acuerdos de extracción de recursos naturales, compra de materias primas y productos agropecuarios, a cambio de préstamos financieros. El retroceso geopolítico de potencias como Brasil y México, que en su momento jugaron un rol preponderante en la región, se echa de menos.
El Clan internacional se protege en aparentes políticas progresistas, elaborando un nuevo ideario político con matices izquierdistas, recopilando demandas sociales: democracia directa y popular, soberanía y repudio a la injerencia extranjera, revalorización étnica, recuperación de los recursos naturales, defensa del medio ambiente, identidad de género y, un cumulo de reclamos que fueron descuidados por las democracias representativas.
Todo será empleado para desacreditar al sistema de partidos, desmantelar las instituciones democráticas más importantes, despreciar la Constitución Política, y repudiar a los dirigentes políticos. Elaboran un relato político asentado en una campaña negativa; se inventan hechos, desacreditan la historia democrática y generan nuevos mitos referenciales en torno a una visión identitaria. La historia recién empieza, lo anterior era malo, debe constituirse un nuevo orden político. El propósito es instalar la polarización y dividir a nuestras sociedades, con una intención: asaltar a la democracia.
Desde Bolivia se financia y emplaza grupos de choque, organizando la agitación social y la intolerancia política en el Perú; las minorías activas de ciertos estamentos sociales y territoriales, denominados ahora: los Nadies, pretenden representar a toda una nación, no aceptan el rol del Congreso Nacional y lo desconocen con el grosero argumento de que ya no es representativo. No les importa que el presidente Castillo haya pretendido cerrar el Parlamento mediante un golpe de Estado. Aceptan cerradamente la nueva versión de los hechos que les fue elaborada. Es su verdad y punto. No reconocen a las nuevas autoridades nacionales. Defienden a Castillo porque es de los suyos.
Este tipo de acciones no es exclusividad del progresismo ideológico, también presenciamos en Brasil, la asonada de de un grupo de conservadores radicales, negacionistas del resultado electoral en la segunda vuelta de los comicios. No reconocen la derrota ni al electo presidente Lula. No importa el color político, los mecanismos empleados, el discurso y las acciones violentas se asemejan. No podemos aceptar ningún tipo de acción contra del Estado de Derecho.
En Bolivia, se desnudó el régimen de Arce y mostró otra vez su cara violenta, instrumenta el odio y la mentira para espolear a sus huestes en contra del adversario político. Como Arce no tiene el cari$ma de su antecesor y actual rival partidario, se ve obligado a organizar funcionarios públicos y crear falanges de matones asalariados. No cuenta con la tropa de cocaleros del Chapare, los tiempos de movilizar por las banderas del proceso de cambio quedaron atrás. Resulta MAS practico entregar una tajada del poder a colectivos sociales, es más barato agrupar matones, instruidos y dirigidos por esbirros extranjeros.
Es muy difícil entender el cinismo con el que nos hablan de soberanía, injerencia externa, sedición, golpistas, vende patria y corrupción.