Edson Arantes do Nascimiento, llegó a este mundo en Três Corações, Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940, y falleció en Sao Paulo 29 de diciembre de 2022, a los 82 años, más conocido como Pelé, fue un futbolista brasileño que jugó como delantero. Apodado O Rei, está reconocido por muchos especialistas, exfutbolistas y aficionados como uno de los mejores futbolistas y deportistas de todos los tiempos, siendo descrito por la FIFA como «el más grande de todos». En 1999 la Revista Olympic, órgano oficial del Movimiento Olímpico, lo distinguió como uno de los cinco «mejores atletas del siglo XX», siendo el único futbolista en alcanzar dicho reconocimiento…(Wikipedia)
Cuando digo “nosotros” hago alusión al tiempo de nuestra niñez en el segundo quinquenio de los años 50s y en los primeros años de los 60s en el pueblo donde nací y al que me he referido por este medio algunas veces, San Joaquín, provincia Mamore, Departamento del Beni.
Imaginemos que para entonces no había energía eléctrica, en nuestras casas nos alumbrábamos con lámparas, lampiones, velas y lamparinas; cuando no había querosene hacíamos arder a un pedazo de goma de siringa. Hablando de diversiones, podíamos pescar, cazar, pasear montados en caballo, ir al monte o a la pampa a comer algunas frutas silvestres. Podíamos nadar en el río o en las pozas de la laguna en las proximidades del pueblo.
Pero lo que más nos apasionaba era el fútbol, se jugaban los partidos oficiales en la cancha del Regimiento “Florida”, que tenía su propio representativo, también el colegio “Horacio Vásquez”, el Club “Primero de Mayo” y por ahí otro u otros que no recuerdo.
Pero los partidos más apasionados los jugábamos en las calles del pueblo y mejor si lo hacíamos en las noches alumbrados por la “Luna llena”, porque hacía menos calor. Nos organizábamos “pidiendo” integrantes para cada equipo, se elegia intercambiando jugadores para equilibrarlos, empezando por los mejores y terminando en los más chicos.
Nuestra inspiración era Pelé, nos hacía vibrar de emoción, se podía escuchar en las radios los partidos de fútbol en portugués y ver su fotografía en periódicos que llegaban del interior, en aviones del LAB, nos causaba gran sensación las historias que se narraban de ese jovencito que maravillaba al mundo con su talento, nos llamaba la atención el color de su piel, su risa contagiosa y su carisma increíble. Era una rareza conocer a una persona así en el Beni, aunque sea por el periódico.
Para nosotros los niños, que vivíamos en un pueblo religioso, donde la “Semana Santa” duraba una semana, ayunando, tomando Somoj y los actos más emotivos e importantes se realizaban en la iglesia, después de Dios estaba Pelé. Recibimos la noticia de que el Brasil se había coronado campeón del mundo en un equipo en que además de él brillaban Garrincha, Baba, Didi y otros.
Pasado el tiempo… en 1969, siendo adolescente, tuve la suerte de ver jugar al “Santos” contra Bolivar en La Paz; se cobró un corner a favor de los brasileños, lo vi a Pelé elevarse al cielo, hacer una tijera perfecta, y la pelota fue al ángulo, ¡¡¡gooool!!!, el estadio Hernando Siles “explosionó”, quedamos extasiados y maravillados, ese era nuestro héroe.
Gracias querido Pelé por haber sido parte de lo mejor que nos pasó en la vida en ese pueblito donde nacimos y se quedó nuestra niñez para siempre, fuiste nuestro ángel negro, pero no pintado en la iglesia, sino vivo, en nuestros corazones.
