Fuente: Última Hora TV
Son varios las muertes de figuras públicas en Bolivia que, a pesar de los informes finales de los investigadores y el transcurso del tiempo, siguen siendo consideradas misteriosas. En su momento generaron gran sorpresa dando lugar a diversas teorías, muchas de las cuales están relacionadas con posibles asesinatos, accidentes o suicidios. Hoy veremos el Caso Colodro.
Bolivia vivió en julio de 1980 el golpe militar liderado por el dictador Luis García Meza, un episodio oscuro en la historia del país. En medio de este turbulento contexto, Marcelo Quiroga Santa Cruz y Carlos Flores Bedregal, junto con otros líderes, se reunieron en la Central Obrera Boliviana para analizar la situación.
Repentinamente, paramilitares descendieron de ambulancias y asaltaron la sede de la organización, ubicada en pleno Prado paceño. Sin mediar palabra, abrieron fuego indiscriminadamente contra todos los presentes. Este trágico suceso tuvo lugar el 17 de julio de 1980.
Marcelo Quiroga y Carlos Flores y otros resultaron heridos en el ataque y fueron trasladados a un lugar desconocido. Desde aquella fatídica jornada, nunca más se supo de estas víctimas.
En febrero de 2022, Felipe Froilán Molina, conocido como “El Killer”, expresó su intención de revelar el paradero de los restos de Marcelo Quiroga. Afirmó que no estaban enterrados y que sabía quiénes los tenían, pero no proporcionó más información al respecto.
Molina, ex suboficial de las Fuerzas Armadas, fue condenado en 2007 a 30 años de prisión sin derecho a indulto por el asesinato del líder socialista, aunque su captura tuvo lugar recién en 2016. En febrero de 2020, se le otorgó la detención domiciliaria, pero no se presentó ante las autoridades competentes. Finalmente, fue recapturado el 18 de febrero de 2022.
“El Killer”, quien había sido considerado una persona de confianza del expresidente Hugo Banzer Suárez, fue acusado de participar en el asalto a la sede de la COB en 1980. Sin embargo, la incertidumbre sobre el paradero de las víctimas y las circunstancias exactas de su desaparición continúa siendo una herida abierta en la memoria del país.