
No me gusta opinar sobre otro país, entre otras cosas para no pecar de desinformado, porque puede darse el caso que ni siquiera sepa “Lo que ocurre en casa”, pero sucede que la Argentina, es un país vecino al que no sólo Bolivia le vende gas, sino que ha tenido gobiernos que han influido en la política interna de nosotros, como aquella vez cuando los desgraciados acontecimientos en Pando, “La masacre de Porvenir”, la presidente Kirchner, envió como jefe de la comisión de UNASUR, a Rodolfo Mattarolo, un terrorista “montonero” para “Que investigue”, en realidad, para que falsee la verdad a favor del gobierno, porque no supo nunca responder a la pregunta por qué el primer muerto (detonante) en los enfrentamientos fue el ingeniero Pedro Oshiro, un funcionario del gobierno departamental; pero, también en esta ocasión opino sobre la Argentina porque en ese país viven miles de bolivianos que en tiempo de elecciones van y vienen intensamente de una manera sospechosa.
Me causa simpatía la candidatura del señor Milei. ¿Por qué me impresiona su grito? porque denota sinceridad, capacidad, sus ansias, su inspiración por sacar a ese hermoso país del estado en que se encuentra, su rabia y al mismo tiempo su certeza de que él podrá liderar a una Argentina que en su momento fue una potencia mundial, y que, el socialismo corruptor bajo los nombres que sean, volvió pobre, acostumbró a mucha gente a sobre vivir sin trabajar, a vivir de la limosna del gobierno.
Un amigo argentino me comentaba que, en uno de los gobiernos de Juan Domingo Perón, muchos trabajaban medio tiempo al año durante 9 meses y vacacionaban tres, lo que quiere decir que trabajaban 4 meses y medio reales, de esa manera la riqueza se volvió humo y la población perdió su disciplina y amor al trabajo que tenían sus abuelos, que hicieron de ese país, repito, una potencia mundial.