Constructores de mentiras con muertos de verdad
Por: Ismael Schabib Montero

En días pasados tuve el gusto de asistir a la presentación de la obra “Los 5 mitos de octubre”, cuyo autor es el escritor y periodista Emilio Martínez Cardona, así como también del libro “Ciudadano X” y otros.
Referido al primer mito: “Genocidio de los militares”. “Realidad: Disparos imposibles”. El experto “en balística y en evaluación de trayectoria de disparos…” David Katz lo desmiente. Se sustenta en los siguientes argumentos:
“El alcance del arma de fuego (Distancia al objetivo). Posición del arma… La orientación de un arma de fuego en el momento de la descarga… Posición de la víctima… Orientación de la víctima al momento del disparo… Número de disparos… Secuencia de disparos…material intermedio entre el arma de fuego y la víctima…probable trayectoria del proyectil…manera en que se disparó el arma de fuego”.
Sobre el segundo mito, “Protesta espontánea y pacífica”, “Realidad: Planificada y violenta, con el ELN y las FARC”. Al respecto quisiera agregar que se tiene conocimiento, no es una hipótesis ni especulación, que participaron también elementos peruanos, y que el Consulado del Perú estuvo muy activo en la ciudad del Alto, gobernaba entonces ese país el señor Alejandro Toledo, quién había expresado su solidaridad con los golpistas.
Tercer mito, “Convoy de la muerte”. “Realidad: Los mapas dicen otra cosa”. Se demuestra mediante gráficos de las rutas de los convoyes, distancia de las víctimas, que sólo uno de los fallecidos se encontraba en “Senkata”. Se demuestra también que el 33% de los fallecidos estaba en su propia casa. Queda claro que fue falsa la acusación de que los convoyes no llevaban combustible, que eran la máscara de un patrullaje con el objeto de eliminar personas.
Cuarto mito, “Perú era una buena opción para exportar gas”, “Realidad: El gobierno peruano negó toda cooperación”. “El relato oficial dice que la exportación de gas natural boliviano hacia América del Norte podría haberse realizado sin problemas por puerto peruanos y que la preferencia de Sánchez de Lozada por Chile habría sido un acto de “entreguismo”; no podía el Perú prestar ninguna cooperación a Bolivia en este asunto porque competía con su propio proyecto de exportación de gas de “Camisea” a Norte América.
Quinto mito, “Goni fue intransigente”. “Realidad: El gobierno hizo repetidos esfuerzos, saboteado por los insurrectos”.
Agregaré que, los esfuerzos del gobierno de entonces existieron desde mucho antes del conflicto, se llegaron a acuerdos con las organizaciones sociales alteñas con mediación de la Iglesia Católica, que los sectores radicales sabotearon mediante amenazas de cortar la electricidad y el agua a unos y a otros con eliminarlos físicamente.
En este penoso acontecimiento perdimos todos los bolivianos, perdió Bolivia, uno de los ganadores fue el gobierno de Toledo, el Perú, porque ayudo a sabotear nuestro proyecto de venta de gas a Norte América, para favorecer al propio de “Camisea”. Según información disponible, el Perú ahora percibe aproximadamente 4 mil 500 millones de dólares por esta exportación, además cuenta con una importante flota de enormes buques gaseros, que podría haber sido nuestra. Bolivia hubiese vuelto al mar.
Este hecho, fue un golpe de Estado con la fachada de “Guerra del gas”, como lo fue el intento de golpe de Estado al gobierno de Banzer con “La Guerra del Agua” en Cochabamba años antes.
“Los 5 mitos de octubre” demuestra la traición, fealdad y crueldad de los constructores de mentiras que edificaron una historia ficticia con muertos de verdad. Asesinaron a su propia gente para acusar al gobierno de entonces de genocidio y llevarlo a la cárcel mientras ellos fueron amnistiados por Carlos Mesa. ¿Amnistiados, por qué? Solo se amnistía a los culpables.
Un aplauso para el autor de “Los 5 mitos de octubre”.