Dios y nuestro libre albedrío
Por: Ismael Schabib Montero, vicealmirante de la república
Los católicos hemos tenido otra Semana Santa; estos son tiempos para la reflexión y también para recordar que, la religión es una forma de creencia en algo más grande que nosotros, algo que está más allá de lo que podemos ver o entender completamente. En la mayoría de los casos, implica la creencia en un ser supremo, seres divinos o fuerzas espirituales que crearon el universo y que tienen poder sobre él. La religión también incluye prácticas y rituales específicos, como rezar, meditar, asistir a ceremonias o seguir ciertos mandamientos o reglas morales.
La religión católica se caracteriza por tener en sus iglesias estatuas que representan a Cristo y a los santos, por esto es criticada por la competencia; creo que nadie adora esas estatuas sino lo que ellas representan.
En la Semana Santa recordamos el sacrificio y el dolor que padeció el Hijo de Dios; Jesús Cristo. Si repasamos algunos pasajes de su aprensión estaremos de acuerdo en que fue su decisión orar y esperar que lo capturen, lo maltraten y lo crucifiquen “para que se cumpla lo que estaba escrito”. Para que sea la voluntad del Padre y no la de Él.
Fue su libre su decisión, su libre albedrío; libre albedrío que es la idea de que las personas tienen la capacidad de tomar decisiones por sí mismas, independientemente de influencias externas como el destino, la causalidad o el determinismo. Básicamente, significa que cada persona puede elegir lo que quiere hacer en cualquier situación, sin estar completamente predeterminado por factores externos o internos. Dicho de otra manera, el Libre Albedrío es la soberanía que tiene cada persona para tomar sus decisiones.
Suele suceder en la vida de la humanidad en su conjunto y de las personas en particular que, atraviesen por circunstancias muy penosas en las que son sometidas “por el destino” a sacrificios que no buscan, ni piden, como han sido y son las guerras y, las enfermedades. Males que en la mayoría de las veces son provocados por los mismos humanos, unos contra otros, como fabricar armas para eliminar rápido y masivamente al enemigo circunstancial, genocidio, la pobreza extrema o enfermedades como el COVID. Soy de esas personas que creen que Dios nos dio la capacidad para solucionar nuestros problemas, porque nos hizo a su imagen y semejanza y, para perfeccionar su obra nos dio el libre albedrío para que decidamos que es lo que nos conviene, que está en nuestras manos decidir hacer el bien o el mal.
En este planeta nadie es inocente de lo malo que ocurre, calentamiento global, degradación de la tierra con tanta basura, unos son responsables por hacer el mal y otros por permitirlo, porque no puede ser que los malos sean más fuertes en sus convicciones que los buenos.
Dios en su inmensa sabiduría nos dio el libre albedrío para que seamos lo mejor de su creación, no marionetas o robots sin capacidad de decidir, sin soberanía para elegir y, permitió que crucifiquen a su hijo, (lo más querido que uno tiene) para que nos decidamos por hacer el bien y no el mal, para que nos decidamos por el amor, para que amemos incluso a nuestros enemigos. Que poderosa sería la humanidad si amaramos a nuestros enemigos, sería un mundo mucho mejor, estaría libre de guerras, la sociedad sería más equitativa, más justa, más fraternal y solidaria. Mas virtuosa. El libre albedrío tiene una importancia decisiva en el destino de la humanidad, hay que saber decidir y elegir.
Ismael Schabib Montero
VICEALMIRANTE DE LA REPÚBLICA DE BOLIVIA.