Un potencial horizonte de Paz Social
La liberación de diez ciudadanos colombianos, entre militares y policías, este pasado día martes en un espectacular operativo en plena selva colombiana, hace renacer un hilo de esperanza de Paz Social no sólo en el interior del país hermano sino en el planeta.
Una visión optimista del mundo, estremecido por las guerras y los enfrentamientos armados, pareciera ser una paradoja, una percepción sin sentido de la realidad pero no es así.
Existen síntomas que pueden avalar esta posibilidad!
Pareciera que las “guerras de guerrillas” como ésta de las FARC en la hermana República de Colombia, han ingresado en una fase de agotamiento histórico debido a la emergencia de los pueblos que movilizados y utilizando la tecnología moderna de las comunicaciones están desplazando irremediablemente a las formas tradicionales de la lucha por el poder.
Los pueblos movilizados están derrocando dictaduras y dictadores.
Lo hacen desde calles, avenidas y plazas en alianza con jóvenes “indignados”, jóvenes oficiales de ejércitos hastiados de ser manipulados, movimientos sociales de luchadores que proceden de estratos sociales marginados del poder y del disfrute de la riqueza.
Las FARC de Colombia tal vez constatan la dilusión de sus objetivos guerreros cuando presidentes de tendencia conservadora como Juan Manuel Santos impulsan políticas públicas que persiguen la liquidación de la pobreza, la vigencia plena de los Derechos Humanos y el combate frontal al narcotráfico.
La organización Guerrillera ETA de España ha declarado el final de su guerra terrorista y se apresta a negociar los términos de una paz social, tal vez duradera, y su incorporación al estado de derecho, social y democrático.
El desmoronamiento de los “estados de bienestar” en la mayoría de los países de la Unión Europea, es posiblemente el preludio de la intervención institucional a las gigantes corporaciones financieras del sistema planetario y a las fortunas privadas desmesuradas y escandalosas.
Los “modelos” democrático-sociales como los del Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y otros se consolidarán como democracias modernas en base a la “alianza de clases” y de los “bloques de poder” inclusivos de juventudes, de campesinos de masas urbanas y de mujeres explotadas y ultrajadas por discriminación de género.
El Presidente Humalla del Perú está demostrando actualmente en Europa las victorias contundentes de su gobierno sobre el terrorismo, el narcotráfico y el contrabando.
El Perú será en perspectiva junto a Brasil, Chile y la Argentina, una potencia mediana con economía plural y un intenso comercio, utilizando los corredores bioceánicos de Bolivia.
Todo hace pensar que la humanidad podría estar más cerca de las puertas de la conquista de una paz social sólida y duradera. Por lo menos en Occidente.
Así sea una paz lograda por disuasión ante el poderío militar de las Superpotencias.
Entretanto, para los países dominados por regímenes “díscolos”, ideológica y políticamente autoritarios como Bolivia, el cambio vendrá con el tiempo impuesto por la circunstancia histórica y geopolítica de su entorno democrático.