Políticamente incorrecta como soy, pregunto ¿para qué tres curules más, si se ha partido de un censo mal hecho y maliciosamente maquillado a favor del régimen que preside Evo Morales? Tres curules-migajas que debieron ser rechazados aunque el rodillo oficialista igual los hubiera impuesto. Tres curules presentados como un regalo, cuando un censo de población sin trampas debió haberle asignado a Santa Cruz una mayor representación. Pero no es ese el meollo del asunto, sino que Santa Cruz y los partidos políticos, al aceptar esta ‘repartija’, han hecho que los cruceños le den la espalda a su hermana de origen indígeno-hispano y cultura mestiza: Beni. Y se olvidaron de la capitalidad para Chuquisaca y de Potosí, convidado de piedra.
Caballo de Troya estos curules que debieron ser resistidos para honrar el principio de equidad con los departamentos menos desarrollados. Es decir, más pobres que otros como Santa Cruz y La Paz. Y si de paridad entre los grandes se tratase, pues ¿por qué no restarle dos a La Paz para dárselos a Santa Cruz y así quedar ‘tas a tas’: 27 y 27? Pues nada, ‘los repartidores del populismo masista’, que en 8 años han masacrado el andamiaje institucional, dejan a la democracia expuesta a extorsiones ladinas de un lado y del otro: ‘te doy, me das, te quito, después te doy más, pero igual te callas’, mientras hacen cálculos electorales a costa de la equidad, la decencia y la ética políticas. ¿Para qué tres curules más, si dos de ellos irán al MAS, ya que en la elección de 2014, según comentan, la nueva repartija determina que el 50% de los asambleístas nacionales serán de provincia, donde el régimen tiene electorados cautivos, y un 50% para las ciudades? Los masistas olvidan que más del 65 % de la población vive en áreas urbanas por la expulsión del campo pobre a las ciudades menos pobres, donde tampoco encuentran una vida digna.
Para el MAS, personas e instituciones son instrumentos de una estrategia cultural hegemónica y de dominación política para acumular poder sin importar los medios. El fin es quedarse en Palacio Quemado “para siempre”. Para quienes luchamos hace 31 años por la recuperación democrática y la expulsión de militares y dictadores, este aniversario no deja espacio para celebraciones: hoy sufrimos una dictadura disfrazada de demócrata, que anula el Estado de Derecho, la división de poderes, el pluralismo político, subordina la Justicia a sus fines y no rinde cuentas. La apariencia democrática del voto en elecciones amañadas le dará otro golpe a la democracia con la disminución de uninominales a favor de plurinominales colgados del candidato a la Presidencia. Caballo de Troya estos curules que pretenden tapar la corrupción rampante y los millonarios gastos en propaganda oficialista. ¡Qué vergüenza!
Fuente: ElDeber