De buen talante con la coca
No vayan a pensar lectores para los cuales ‘coca’ es sinónimo de ‘cocaína’, que inhalé una ‘línea’ de la blanca, pero amanecí de buen talante. No eufórico, aclaro. Ya soy hiperactivo de naturaleza –hipertenso ya de viejo- sin requerir más de una taza de buen café en la mañana, que acompañe la tonada con la que despierto. Tan de buena onda estaba, que despedí a mi nieto, camino a un show de títeres, con el cambio que promoví del himno al colegio de mis hijas: “somos futuro de nuestra patria, toda jumentud”.
Animó mi bonhomía leer el titular “Bolivia trabaja con Cuba la industrialización de la coca”. Ojala el emprendimiento no sea risible como Lliquimuni, al norte de La Paz, donde YPFB se asoció con Pdvsa; la juntucha no alquiló helicópteros, y optó por construir un camino que con las lluvias quedó insalvable. Pensé que si los cubanos inventaron tragos notables como el daiquirí o el mojito, del Floridita y la Bodeguita del Medio habaneros que frecuentaba Hemingway podría surgir uno sin el sabor feo de la hoja sagrada, pero sí el del ron. Se llamaría ‘cocarón’ –no confundir con coscorrón- evitando adulo que lo llamase ‘huevofirón’, en honra de los héroes Hugo, Evo y Fidel.
Recalé en el uso médico del apoyo cubano. Como la píldora derivada de caña de azúcar, que cura desde el exceso de ácido úrico hasta la impotencia, problemas ambos de gotas. El gobierno de Evo está más cerca de excedentes de coca, que el régimen de Fidel está de producir ocho millones de toneladas de azúcar, uno de sus tropiezos allá por los años 60 del siglo pasado. Sería la solución de EboCoca, empresa fallida de cocaleros que hoy analizan traspasarla al gobierno de Evo (yo que pensaba que el dueño del proyecto estaba claro, aunque con error ortográfico). ¿Y si los cubanos industrializan la “ebocaína”, en previsión de que luego de la marihuana médica, se acepte expender ‘nieve’ medicinal en EE.UU?
No melló mi buen humor la condecoración a Ch’ila Jatum, después del cuento ornitológico de que una paloma les escamoteó la gaviota y se la dio a una pájara: ahora tendrán un cóndor. ‘Igualingo’ al ave famélica que recogieran de un maizal y amenazan con llevar al zoológico de Oruro. Porque como los cargos en el Gabinete, bastante devaluado está el Cóndor de los Andes. Peor aún desde que el minero compatriota enterrado en mina chilena desdeñara una pega pública en Bolivia, prefiriendo quedarse en Chile, así fuera de changador. Quedó flotando la pregunta: ¿por qué no honran grupos orquestales de Misiones de Moxos y Chiquitos? Quizá porque sus cánticos salen de labios sabor a hiel, por jesuitas o por cambas, y no son tan populacheros como ‘Boquita de Miel’.
Quedé contento que los hijos, y las hijas –en redundancia común estos días- llevarían el apellido de la mamá. Es parte de una pomposa “despatriarcalización”, palabreja que el corrector de mi laptop persiste en rechazar. Como si el sesgo machista de una sociedad fuera cuestión de un decreto para abolirlo. En un país con problemas de prejuicio étnico, ¿preferirán los hijos del Presidente ser conocidos con el indígena ‘Ayma’ en vez del cantábrico ‘Morales’, que hasta escudo heráldico tiene? Aclaro que mi agrado tiene que ver con la longitud de mi apellido, que aparte de constantes gafes de burócratas públicos, es demasiado largo para reducidos espacios en formularios.
Aumentó mi optimismo la esperanza de que el eje La Habana-Caracas-La Paz esté perdiendo aceite y funda su motor en menos de tres semanas. Lo predijo Heinz Dieterich, ideólogo del régimen chavista y autor del espejismo conceptual llamado ‘socialismo del siglo 21’. Pero, ¿qué tal si la platuda del trío empieza a cobrar deudas, cuando caiga Maduro y retorne la cordura? Asfalto, diesel, el programa “Evo Cumple” y otros ‘regalitos’ de padrino difunto a ahijado prorroguista que no pasan por Contraloría. Aunque quedemos sin reserva de divisas, el tema no debe quedar en saludo a la bandera, como las previsiones para indemnizar y compensar a obreros de algunos empresarios. Puede ser el Talón de Aquiles de la gestión económica de “Superlucho”, porque sería creer en hadas que las honduras del país petrolero le van a permitir condonar deudas, cual han hecho siempre países ricos y organismos financiadores del ‘imperio’.
Mi buen humor desembocó en una carcajada con la fuga de Marcelo Soza, otrora el perro de presa del Gobierno para desarticular a la oposición autonomista de la entonces llamada “Media Luna”. Empezó con atentado en casa de un prelado, y siguió con el asesinato de somnolientos extranjeros en un hotel. Soza fue el ‘pitbull’ que acosó judicialmente a prominentes cruceños, a quienes se imputó, entre otras cosas, de separatismo, magnicidio y terrorismo; el rabioso can pidió jugosos bifes de chorizo en extorsiones a varios acusados. Ahora el Presidente se desmarca del pérfido pichicho: “creo que es un corrupto y delincuente confeso”.
Pero la fuga de Soza actualizó papelones como la salida de Ostreicher, donde hasta los marcianos parecieron haber participado. Quizá para tapujar la mamada de Sean Penn, a quien Evo Morales honró y ofreció embajadas en temas que ni el Chapulín Colorado resolvería, como el retorno soberano al mar, la despenalización de la coca y la extradición de Goni. El fondo es que los pajaritos canten incriminando al Gobierno, trinos que Estados Unidos y Brasil guardarán en sus cajas fuertes, incluyendo los yaravíes de Sanabria y Ormachea, para cuando necesiten ‘suavizar’ ciertas actitudes arrogantes. ¡Jajajá!
(20140320)