Bolivia posee casi 100 tiendas especializadas en productos vegetarianos o veganos
Una de las tendencias más marcadas en materia de alimentación en años recientes es el viraje a dietas vegetarianas o veganas. De acuerdo con Happy Cow, un servicio en línea que ofrece un directorio de opciones para veganos y vegetarianos, en Bolivia existen 93 compañías que proporcionan este tipo de alternativas, una cifra que se considera probable que aumente durante este año. En el Reino Unido, donde esta tendencia está acelerándose a un ritmo inclusive más rápido, aparecen 8159 opciones, mientras que en los Estados Unidos la lista se eleva a casi 30.000.
El crecimiento de esta tendencia obedece a una serie de razones, entre las cuales una de las principales suele ser la salud. En Bolivia existen alrededor de tres millones de personas con hipertensión, más de un millón de diabéticos, y alrededor de nueve millones con problemas dentales. La esperanza de vida de una persona cuya dieta está basada en alimentos “chatarra” es de apenas 53.3 años, y según expertos, gran parte de este escenario se debe a la alimentación promedio del boliviano. Para responder a este contexto, muchas personas han optado por adoptar una dieta vegetariana o vegana, que ayuda a abordar enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
Por otra parte, un gran número de personas ha tomado la decisión de adoptar una dieta vegetariana como una manera de disminuir su impacto ambiental. Según un estudio de la Universidad de New Hampshire, llevar una dieta vegetariana puede reducir el impacto ambiental de una persona entre el 42% y el 84% con respecto a una dieta que incluya productos lácteos y proteínas animales. Dado lo elevado de estas cifras, se han promovido iniciativas como el lunes sin carne, que propone evitar las proteínas animales al menos un día a la semana como una manera de reducir, al menos parcialmente, el impacto negativo que nuestro consumo tiene sobre el medio ambiente.
Por último, una de las razones más frecuentes se debe a la preocupación por el bienestar de los animales utilizados para el consumo humano. Así, por ejemplo, en Chile, el Presidente de la Corporación de la Carne declaró que en los últimos siete años el número de cabezas de ganado en la industria cárnica disminuyó un 27%, lo que según la fundación Animal Libre significa dos millones de vidas animales salvadas, cifra que adjudican a la marcada alza en el porcentaje de población vegana y vegetariana en ese país.
Hoy en día, ser vegetariano o vegano es cada vez más fácil, y las alternativas disponibles para mantener una dieta completa y saludable de este tipo son cada vez más variadas. Algunos veganos optan por complementar su alimentación con suplementos vitamínicos y minerales, lo que cada vez se hace más fácil gracias a compañías como Farmacorp que ofrecen delivery de estos productos. Igualmente, cada vez existen más opciones, no solo en restaurantes y marcas típicamente veganas, sino en el menú de restaurantes tradicionales, así como productos en los supermercados como hamburguesas preparadas a base de legumbres o quinoa. Incluso si no decidimos cambiar por completo nuestra alimentación, reducir, al menos parcialmente, el consumo de carne tiene un impacto claro en nuestra salud y en el medio ambiente.
Muy interesante el doble argumento para reducir el consumo de carne de origen animal: por la salud y por el medio ambiente. Incorporar proteínas de origen vegetal sin duda mejorará ambos temas.