Roger Cortéz Hurtado
Suman unos 21.000 millones de Bs, es decir, en dólares más de 3.000 millones, las principales obras y realizaciones ejecutadas por el régimen y que, ya han demostrado ser inútiles o irrecuperables o, con alto margen de seguridad, van rumbo a ingresar en esa categoría.
No todas son responsabilidad del gobierno central, ya que varias gobernaciones y alcaldía han contribuido con su propio aporte y esfuerzo, pero las mayores son de íntegra responsabilidad de la dupla que encabeza el Ejecutivo, su gabinete, asesores y apoyos operativos.
La mayor parte de las obras más caras de la estatal de petróleos, casi todos los aeropuertos inaugurados y nunca operados, las construcciones de agasajo y pleitesía a los conductores, varias de las empresas estatales creadas y algunas formalmente privadas (como la que daba servicios de mantenimiento a la UELICN), pueden inscribirse en la lista de malversación, estafas y, en general, mal uso y rapiña del ahorro colectivo.
No es la mayor, pero en estas últimas semanas, la “Empresa Azucarera de San Buenaventura (EASBA), ha concentrado la mirada del público, gracias a la difusión de los datos recopilados y analizados en la investigación de Julio Linares, el ingenio de Sanbuenaventura con su deuda mayor a sus activos (incluyendo los 260 millones de dólares que costó), su crónica e irreparable falta de materia prima y sus continuos pedidos de más y más dinero.
Su proximidad geográfica al mayor proyecto del programa electoral de Juan Evo Morales y su vice y la declarada intención de ejecutarlo, si consiguen imponerse en las elecciones de octubre, sirve de referencia para darle una rápida mirada, aunque el ingenio azucarero resulte menos que un microbio comparado con la obra anunciada como la joya de la corona de la Agenda 2025 del presidente y su corte.
La megarepresa del Chepete (no la del Bala que se construiría 20 años después, con apenas un 10% de potencia y costo) que ascendería, según los estudios oficiales, realizados por una consultora italiana, a unas 20 veces a las del ingenio(más de 4.500 millones de dólares) o hasta 35 veces, es decir 9.116 millones de dólares equivalentes a unos 63.538 millones de Bs (párrafo 4 de la página 6, Tomo 4.1, del Estudio de Identificación, realizado por Geodata Engineering el año 2016).
Ni más ni menos que la duplicación de toda la deuda externa del país, de acuerdo a la contabilidad estatal. La variación de cifras no se restringe al amplio margen mencionado, dependiendo de la sección que se consulte; con intereses, sin intereses, con financiamiento propio del 30, 70 o del 0%.
Lo que no falta, ni puede ocultarse es que la inconsistencia de los números y la ausencia de datos indispensables, como los del mercado -en este caso Brasil-, los impactos sociales (unas 50 comunidades anegadas) y ambientales, torpemente minimizados a un área (subestimada) de inundación, cuando toca en realidad evaluar el impacto sobre toda la cuenca del río Beni, por la interposición de un muro de casi 160 metros, que retendrá su curso por más de seis meses antes de llenar el embalse.
Esa alteración que secuestrará el oxígeno que gana el caudal al descender desde lo alto de la cordillera a los 200 metros sobre el nivel del mar, junto a la retención de montañas de sedimentos que arrastra el agua, tendrá un impacto
devastador gigante, prácticamente ignorado por el tal estudio.
Es fácil entender porque se lo mantienen oculto y no se lo difunde, explica, consulta y delibera, cual manda la ley y el mínimo respeto democrático con el pueblo que pagará, mantendrá y sufrirá todos los impactos de la visión arcaica, ignorante e interesada de un régimen que insiste en resolver problemas de este siglo, con visiones del siglo previo y sin contar que vivimos en una era de cambio climático, calentamiento global y migración a formas de producir energía que no arrasen con comunidades, bosques, fuentes de agua, oxígeno, biodiversidad, vida y culturas de vida.
Tampoco se explica el cerrado y oportunista silencio de quienes juegan a ser opositores, demostrando que esta No una cuestión de oficialistas contra opositores, menos aun de derecha contra izquierda, sino de la sobrevivencia y el bienestar de un pueblo antagonizados por los intereses de acumulación de riqueza y poder de políticos profesionales que se turnan en controlar el Gobierno y el Estado.
Publicado en los diarios “Página Siete”, La Paz y Los Tiempos”, Cochabamba, 18 de junio 2019