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Venezuela y Cuba diseñaron el fraude electoral de Bolivia

La existencia de un sistema informático paralelo al proceso de voto y recuento manual avala el propósito de manipulación

Por: Emili Blasco para ABC

El fraude electoral en Bolivia reproduce algunas de las pautas seguidas por el chavismo en Venezuela para la manipulación de las elecciones, a su vez ingeniadas en Cuba. No se trata de procesos exactamente iguales –de entrada, en la propia Venezuela las tácticas de la usurpación del voto han ido variando de una elección a otra–, pero hay patrones muy parecidos, lo que lleva a sospechar acerca del asesoramiento chavista y, en última instancia, cubano.

Ya han quedado sobradamente documentados diversos elementos del fraude electoral de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, y cómo el «know-how» de esos procedimientos, que tienen un gran componente de herramientas informáticas, llegó de Cuba y se aplicó con ayuda prestada desde La Habana. Veamos ahora qué similitudes guarda lo ocurrido en Bolivia, descrito en el informe realizado por los expertos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con lo conocido en Venezuela.

De alguna manera el propio Evo Morales vino a reconocer que había falsificado el resultado, al anunciar su disposición a nuevas elecciones, aunque esta admisión acabaría precipitando su marcha al derrumbar los restos de legitimidad que decía sostenerle.

1. Parón en el anuncio del recuento

Bolivia. La principal incidencia que alertó a la comunidad internacional sobre la falta de limpieza de las elecciones del domingo 20 de octubre fue el parón que, en la noche de esa jornada, se produjo en el proceso de dar a conocer la evolución del recuento del voto cuando este llegó al 83,8% del escrutinio. Con las cifras anunciadas hasta entonces, Morales se encaminaba a una segunda vuelta que le era poco propicia. Ahí se paró el ofrecimiento de datos, durante horas. Todo gran «pucherazo» necesita un tiempo para materializar los votos falsos y requiere hacerlo a puerta cerrada.

Venezuela. Uno de los mayores «sapos» que en su día se tragó la oposición venezolana fue aceptar que la autoridad electoral no anuncie los resultados conforme se van contando los votos, lo que permitiría detectar evoluciones sospechosas, sino que solo se den cuando ya hay una «tendencia irreversible». Eso deja a la oposición y a los ciudadanos a oscuras, mientras el régimen fabrica los votos que necesita.

2. Avance de Morales al «volver» el sistema

Bolivia. Cuando el tribunal electoral boliviano reanudó la información sobre el cómputo de votos, avanzado el día siguiente, Morales había ganado terreno en su duelo con Carlos Mesa, no necesitando ya de segunda vuelta para proclamarse vencedor.

Venezuela. También en las primeras elecciones de Maduro, en 2013, se produjo un «apagón», en este caso durante las últimas horas de votación y fue una caída del sistema de internet. Según se detalla en el libro «Bumerán Chávez», esa incidencia pudo provocarse para permitir que el chavismo tuviera más capacidad de tráfico en los canales informáticos para llevar a cabo la emisión de votos falsos; cuando el servicio fue restablecido, Maduro adelantó en votos a su contrincante, Henrique Capriles, en las pantallas conectadas con el sistema informático electoral paralelo usado por el chavismo.

3. Sistema informático paralelo

Bolivia. En Bolivia el voto no es electrónico, sino manual. Aunque en un proceso de voto manual también pueden introducirse votos falsos en las urnas, en el caso de voto con máquinas la existencia de una red informática que registra la evolución de la votación permite «hackearla» o, cuando menos, poder conocer ilícitamente ciertos parámetros de cómo está yendo la votación, lo que facilita saber cuántos votos falsos y en qué centros electorales deben producirse para girar el resultado. Eso puede explicar que en Bolivia, a pesar de ser el voto manual, esta vez se pusiera en marcha el llamado TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares), un sistema informático para escanear las actas de los resultados de cada centro, enviarlas a un lugar de recuento y dar a conocer provisionalmente el escrutinio conforme este se iba realizando, a la espera del conteo definitivo de los votos físicos. Precisamente, las irregularidades más graves encontradas por los expertos de la OEA tienen que ver con ese sistema, en el que operaron servidores ocultos, sin supervisión de la empresa auditora y manejados por personas externas: «Resulta extraño que se redirija el flujo de datos a una red foránea, no prevista ni documentada (…) Esto es extremadamente grave».

Venezuela. El chavismo ha contado con un sistema informático paralelo, puesto a punto por ingenieros cubanos y conectado con el sistema electoral oficial, que permite al oficialismo conocer la evolución del voto y saber cuántos votos falsos son necesarios y dónde para ganar las elecciones. También hay sospechas de que las máquinas de votación son vulnerables y pueden ser comandadas desde fuera del centro electoral.

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