Miserables
Susana Seleme Antelo
“Estoy siendo procesada e inculpada de delitos como expresidenta del país, cuando me acusan de juicio de responsabilidades y resulta que ahora estoy siendo víctima de procesos en la vía ordinaria. Es decir, que están descargando toda su artillería en contra de una mujer a la que han deteriorado su salud al extremo. Jeanine Añez, expresidenta de Bolivia.
Carentes de empatía y sin muestras de la más mínima humanidad compasiva, la conducta del régimen Arce/Morales o Morales/Arce frente a la expresidenta Jeanine Añez Chávez (52) puede ser comparada con la lapidación que se aplica en algunos países: matar mujeres a pedradas.
Es decir, en cámara lenta para producirle más humillación y sufrimiento, tanto que Añez ha intentado quitarse la vida. Hacen sufrir a sus hijos, a su familia y a la sociedad democrática que no cree las descomunales mentiras con las que pretenden borrar la memoria de lo que paso en Bolivia, vapuleada por el vicio de Evo Morales de usufructuar del poder toda la vida, siempre violentando la voluntad popular y la Ley.
Lo que hacen hoy a Jeanine Añez ilustran las peores miserias políticas del régimen, en los más de los 5 lustros que llevan ejerciendo un poder absoluto.
Añez guarda detención preventiva desde mediados de marzo de este año, por el inexistente caso “golpe de Estado”. Como carecen de pruebas, todavía están “armando ese caso”, según el Ministro de injusticias. Antes de que se cumpliese el plazo de seis meses, el proceso fue “desdoblado” y se le abrió otro por incumplimiento de deberes, resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes. Por este segundo proceso, se ordenó otros seis meses de detención preventiva, semanas antes de cumplirse la primera. La siguen lapidando.
El 3 de septiembre pasado, la expresidenta declaró en una audiencia virtual de cesación de detención preventiva, correspondiente al proceso desdoblado. La cesación le fue negada. En esa ocasión, además del párrafo inicial, Añez manifestó conmovida que ha “sufrido una serie de atropellos como lo están haciendo ahora, cuando se me trata de imputar por la vía ordinaria, porque aquí yo soy el centro de todas las acusaciones del Gobierno. Soy víctima de tortura sicológica en el penal por parte de régimen penitenciario, me tiene con la salud muy deteriorada, pero eso no va a impedir que yo manifieste lo que siento, lo que paso y que la gente se pueda enterar de todas las violaciones a mis derechos”.
En esa audiencia, como ya lo han hecho sus abogados, Añez pidió asumir su defensa en libertad, debido al deterioro de su salud. Sufre de hipertensión arterial sistémica, hoy totalmente descontrolada, que le ha producido microembolias y pueden conducir a un accidente cerebro vascular, dejarla impedida de por vida, o matarla, además de una depresión emocional grave, según profesionales. Le han impuesto nuevamente el modo ‘incomunicada’ y no puede recibir atención médica oportuna ni visitas de sus abogados. La siguen lapidando.
¿Tendrán madres, hijas y hermanas los responsables de esta esta lapidación a la expresidenta constitucional transitoria de Bolivia?
Esta criminalización política destapa su sed de venganza a título de reparación de daños a las víctimas de Senkata y Sacaba, de noviembre 2019. No son las únicas víctimas del desmadre producido por Morales y sus hombres, pero queda claro que para el régimen algunos muertos valen más que otros, y que las palabras probidad, honestidad, conciencia, ética, legalidad, independencia de Poderes, entre otras, no figuran en su qué hacer en la administración de justicia.
El parcializado Poder Judicial siempre a favor de Morales, sigue “la línea dada por Fidel y Hugo” desde marzo de 2006. Ambos fallecidos, sus sucesores la perpetúan tanto, que Morales fue a Cuba desde México, su primer destino de renunciante-huido, el mismo 2019 a recibir instrucciones. Desde Argentina, bien instruido, echaron a andar el plan de ‘retorno al poder’. Ahí anda, siempre arrogante y autoritario.
Jeanine Añez llegó el cargo de presidenta merced al Art.169 de la Constitución, Política del Estado, en su calidad de Segunda Vicepresidenta del Senado, electa en 2014. Asumió la presidencia del Estado porque Morales y su Vice renunciaron; porque el “jefazo”, luego del informe preliminar de la OEA en el que atestigua “indicios dolosos”, es decir, fraude en las elecciones de 18.X.19, ordenó la renuncia de la cadena de mando sucesoria para crear un vacío de poder. Antes de huir, se refugió en su santuario cocalero, y ordenó a tres mujeres dirigentes de su partido que exigieran, algunas llorando, que lo dejasen salir de Bolivia o incendiaría La Paz. Al pretendido vacío de poder, se le cruzó el Art. 169 y Jeanine Añez quien asumió la responsabilidad política, tirada al basurero por otros. Antes, durante y después, Morales incitaba a la violencia y ordenaba cercar y matar de hambre a las ciudades, al grito de “ahora sí guerra civil”. Arrasaron bienes del Estado y privados, algunos a dinamitazo limpio, según vemos en imágenes al joven actual ministro de Gobierno.
Sonia Montaño Virreira escribe que “La historia y la literatura están llenas de malos de todo tipo, entre los que figuran algunos célebres como Hitler, Stalin o Calígula, Frankestein, Drácula y varias brujas presentes en los cuentos infantiles”. Aquí los hay muy miserables y existen brujas reales y malísimas.
Por Jeanine Añez y por los 38 presos políticos de su gestión, militares y policías, seguiremos exigiendo Justicia y Libertad.