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La educación boliviana está en terapia intensiva

El rezago de la escuela fiscal por la pandemia, el retraso pedagógico en el país y la falta de meritocracia en cargos públicos del sector fueron algunos de los temas abordados.

¿Cuál es el estado de situación de la educación boliviana? ¿Cuánto afectó la pandemia al sector? ¿Es factible el regreso pleno a clases presenciales a corto plazo? Más allá de la pandemia, ¿quedarán componentes on line en la educación? ¿Qué reformas en las políticas educativas serían aconsejables?

Para buscar respuestas a estas interrogantes, eju.tv conversó con dos reconocidos educadores, Álvaro Puente y Daniel Pasquier, quienes dieron su visión sobre uno de los aspectos fundamentales de nuestra vida social.

“La educación lleva dos años paralizada”

Álvaro Puente opinó que el estado del sistema educativo boliviano es “de terapia intensiva, gravísimo”.

“Dos años lleva paralizada la educación pública, con perspectivas de que esto se alargue buena parte de este tercer año. Los universitarios han tenido clases a distancia fructíferas, pero en secundaria ya han habido deficiencias y en primaria ha sido prácticamente nulo el aprendizaje. La población de 4 a 12 años ha perdido su formación, eso es gravísimo y no tiene remedio. Para los más pequeños, es la mitad de su vida de aprendizaje lo que se ha desperdiciado”, señaló.

El pedagogo dijo que la pandemia hizo tomar medidas que “fueron cayendo todas, primero a los comerciantes, después a los transportistas, pero al niño nunca le abrieron el espacio porque no lo valoran y no lo respetan. Nunca se dieron cuenta del drama de los niños. Fueron los que más sufrieron la violencia de estar encerrados en una casa sin condiciones. Cuando pudieron salir fueron dejando la educación y dedicándose a trabajar”.

“Se ahondaron las diferencias sociales”

“Los colegios particulares desde el año pasado empezaron con educación semipresencial, iban al colegio 2 o 3 días por semana, pero los chicos de las escuelas fiscales no tuvieron nada. La pandemia atacó de distinta manera a unos niños y a otros, aumentando las diferencias económicas y sociales”, indicó.

Sobre la posibilidad de un regreso presencial pleno a clases, consideró que “es difícil, porque hay que tomar medidas contra la enfermedad, pero pueden asistir 3 días a la semana, necesitan convivir”.

“Lo on line va a quedar, los maestros han empezado a aprender lo tecnológico, han buscado con desesperación formas de comunicarse con los alumnos. Todo eso deja frutos, ese esfuerzo ha sido bueno. Pero el déficit en falta de educación y de socialización sí que va a dejar secuela”remarcó.

“Estamos con 50 años de retraso en pedagogía”

Respecto a la necesidad de nuevas políticas educativas, Puente dijo que “desde hace 100 años hace falta una reforma en Bolivia. Hay que empezar a formar a los maestros a nivel de la ciencia moderna en pedagogía. Enseñar no es repetir cosas, es despertar capacidades. Estamos con más de 50 años de atraso en pedagogía. Hay que reestructurar todo el curriculum en cuanto a contenido, esa metodología es clave. En cuanto a la infraestructura material, es suplible, un buen maestro despierta a los chicos debajo de un toborochi o en un aula con aire acondicionado. Hace falta capacitación docente y el tema administrativo en el Ministerio de Educación es desastroso, tendrían que haber tener méritos para ingresar al sistema”.

Sin pruebas internacionales de evaluación

Por su parte, Daniel Pasquier también utilizó una metáfora médica para definir el estado de la educación: “comatoso”.

“Hace años se estancó y muy abajo en calidad. No se acierta con soluciones, principalmente del Estado, que tiene una agenda política más que de resolver los problemas primarios y fundamentales de la sociedad boliviana. Sin educación, y sin educación de calidad, Estado, países, sociedades, pueblos, familias e individuos se han jugado la ultima carta. Proliferarán todas las consecuencias de una sociedad carente de horizontes morales y de progreso”, cuestionó.

El educador opinó que no se ven respuestas a la crisis múltiple, pedagógica, social y económica, que más parece estar en fase terminal que en vías de recuperación: “El abandono de participar en la pruebas internacionales de evaluación lo dice todo. El gobierno anterior retiró a Bolivia de PISA, la prueba internacional (OCDE) más prestigiosa de evaluación de la calidad educativa en el mundo. Quedamos librados a orientarnos por los discursos de los políticos de turno, entre los que abundan a todos los niveles quienes no han pisado la escuela mas allá del nivel primario. Se puede aplicar con razón lo dicho por Octavio Paz: la ceguera biológica no te deja ver, la ceguera ideológica no te deja pensar”.

“El Estado Plurinacional, después del retiro de PISA (prueba al final del bachillerato),  aparece en el mapa de la educación con un 30% de rendimiento en relación al último de la lista, República Dominicana”, añadió.

“El Estado no consiguió sacar adelante a la educación pública”

En relación al efecto de la pandemia, Pasquier dijo que “sólo la fortaleza de las familias ha salvado algo: sacaron lo que tenían para cuidar la educación de sus hijos, velando por su futuro. El Estado no consiguió sacar adelante a la educación pública, a pesar de la retórica, razón quizás de su permanente crítica y enfrentamiento a la educación privada. Ha faltado comprender la dimensión de lo que significa el derecho a la educación, mal interpretado, como si al ser una obligación constitucional del Estado, si no te la proporciona tienes que rendirte, renunciar  a formarte y abandonar la lucha por un futuro mejor”.

“A nivel latinoamericano se ha equivocado el camino y el costo inmenso está por verse. Nuestro continente ha invertido menos recursos económicos en educación que EEUU en promover la investigación para conseguir una vacuna que nos salve del Covid 19”, subrayó.

“Criterios técnicos y no políticos” 

Sobre el retorno a clases presenciales, consideró que es “una pregunta que variará según el estado en el momento: presencia del virus mediante el número de contagios, casos graves, pacientes en UTI e, indefectiblemente, muertos. Aún fiándose de las cifras oficiales, con tendencia a la baja, puede revertirse la situación en cuestión de días, por ejemplo con eventos como carnavales, apertura a eventos de concurrencia masiva y la negativa irresponsable a la vacunación. En este momento, en todo el mundo, entre el 65 y el 80 % de los muertos infectados por Covid pertenecen al grupo de no vacunados”.

“Por tanto, la respuesta aconsejable es ser prudentes. No arriesgar innecesariamente; agilidad para cambiar de modalidad (presencial, semi y virtuales), a las cuales ya estamos mentalizados y, en muchos casos, preparados para enfrentar el desafío. Lo que debe predominar en la toma de decisiones son los criterios técnicos, nunca los políticos, ya que nadie después querrá cargar con la responsabilidad”, agregó.

“No tiene que ser otra década perdida”

Respecto a la incorporación de las tecnologías on line a la educación, señaló que “los beneficios irán más allá de todo lo calculado, no sólo en numero de empleos y nuevas profesiones, sino también en la calidad de vida y de la sociedad. Al Estado le corresponde acelerar el cambio, dotando de más presupuesto a la educación. No será la década dorada, pero no tiene que ser otra década perdida”.

“La educación está ligada a la libertad”

Pasquier coincidió en la necesidad de una transformación educativa, “acabando con la dicotomía de los políticos: en los discursos somos iguales y en los hechos hay un empeño en convertirnos en desiguales. Hay un derecho a la educación que es de todos. Debe desaparecer el tratamiento diferente a la educación privada con la pública”.

“A los cargos relativos a la educación deben ir los mejores: no pueden educar los que nunca fueron educados, como no pueden formar los que nunca fueron formados. Se tiene que revertir la tendencia a la mediocridad, reinante hace muchos años. La meritocracia es más necesario aplicarla en los cargos dependientes del Ministerio de Educación que en ningún otro sector. El derecho a la educación está ligado íntimamente al concepto de libertad, hay que tenerlo todo el tiempo presente, para no convertir la educación en un arma de sometimiento a los pueblos”, concluyó.

Edición: Emilio Martínez

Entrevistas: Melvy Ruiz y Emilio Martínez

© eju.tv

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