Ismael Schabib Montero

La invasión de Rusia a Ucrania es una horrible realidad, cruel, con miles de muertos, genocidio, destrucción, dolor, luto…Etc. En unos pocos días cumplirá dos meses. Existe temor de que escale, que se utilicen armas nucleares o se desate la Tercera Guerra Mundial. Para que eso no ocurra los países amigos de Ucrania, incluida la OTAN, no participan directamente en él conflicto.

Lo dijimos en anterior nota, para doblegar la exitosa, hasta ahora, resistencia ucraniana, los rusos pueden intensificar la destrucción de sus ciudades y agrandar el genocidio. El buque insignia de la Armada rusa en el Mar Negro, el Crucero “Moskva” ha sido hundido, algunas fuentes estiman su costo en aproximadamente mil millones de dólares, esto puede disuadir al gobierno ruso o aumentar su ira y deseo de venganza e intensificar los bombardeos.

Sin embargo, Rusia con el paso de los días sufre un inevitable desgaste moral y económico. El tiempo cronológico juega en su contra. Se sabe que el ejército ucraniano cuenta con 200 mil hombres y que ella ha empeñado en la invasión un número similar y que puede aumentarlo si lo ve conveniente, además de extranjeros como chechenos, bielorrusos y posiblemente sirios. Por su parte Ucrania también recibe ayuda en hombres y armas del exterior que podrían complicarle aún más la situación al ejército ruso.

Una derrota le puede costar el cargo y la vida a Putin, por el contrario, una victoria puede ser la catapulta hacia el liderazgo mundial. Por su parte la Unión Europea y la OTAN ¿Podrían aceptar y soportar una victoria de Rusia en Ucrania que signifique potenciar la amenaza para la seguridad de ellos mismos y especialmente la de los países que conformaron la Ex URSS y de sus ex satélites? ¿Podrían soportar y aceptar las consecuencias políticas de un nuevo Orden Mundial?

Ante esta realidad, puede darse el caso que a los enemigos de Rusia no les quede otra opción que aprovechar la oportunidad para destruir su economía y consecuentemente debilitar a sus fuerzas armadas entrando en una guerra de desgaste, pero ya no como defensa de Ucrania solamente, sino como una forma de debilitarla, de utilizar esta guerra como una válvula para desinflarla, reducirla a lo mínimo. Hacerla desaparecer como amenaza a la paz mundial. Si Rusia se desgastara significativamente económica y militarmente podría darse el caso que sus enemigos se empeñaran no solamente en expulsarla de Ucrania, sino, aplicarle sanciones como la indemnización por los daños causados. Otra consecuencia que podría ser es que el negocio del gas con varios países de Europa se reduzca significativamente porque estos prefieran comprar de otros proveedores, ante la percepción de que comprarle gas es potenciarla económicamente. Podrían llegar a la conclusión de que el mundo estaría mejor con una Rusia más pobre.

Pero debemos reconocer que una cosa es lo que se informa través de la guerra mediática y otra la verdadera situación que tal vez no sepamos todavía. La Ex URSS colapsó porque el socialismo no generaba riqueza, su gasto militar y en la carrera espacial eran enorme ¿Colapsará Rusia, su heredera, por causa de un error de cálculo de Putin?