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Errores del conservadurismo

¿Cuáles son los errores del conservadurismo? ¿En qué se equivoca? ¿Cuáles son sus dogmas? Sépalo aquí.

A continuación, reproducimos apuntes de una clase brindada por el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II el 11 de junio de 2020. El disertante fue el profesor Juan Fernando Segovia, y en esta charla explica con lujo de detalle cuáles son los ideales del conservadurismo.

  • Contexto: tránsito del Antiguo Régimen a los Estados nacionales.
  • Antiguo Régimen: mezcla variopinta de monarquías más o menos absolutas, formas corporativas de orden social.
    • Los instrumentos de organización política, etc., serán sustituidos por los Estados nacionales, agnósticos, liberales, uniformes, abstractos, constitucionales, representativos y legalistas.
    • Este escenario implica la ruptura de la unidad europea, el fin de los sueños imperiales de Europa, pero fundamentalmente la unidad en un modo de entenderse los hombres.
    • No hay más unidad de lengua y de concepto, desaparece el latín como idioma universal culto y sobreviene una anarquía lingüística, porque se usan los mismos términos con distintos conceptos.
  • Para Thomas Paine, el origen de la constitución de los ingleses está en la conquista de los normandos, y para Beger (?) se trata de un origen que no está en la historia sino más allá de la historia.
  • La formación de los estados nacionales implica la afirmación de la singularidad de las estructuras políticas, apoyadas aun en el s. XVIII en las religiones nacionales.
  • Sobreviene a ello un aumento incontrolable del poder Estatal, que se va concentrando cada vez más.
  • La revolución cobra en cada suelo un perfil distinto, y las especies de la revolución son distintas, pero es idéntica en esencia.
  • En el fondo, dejando de lado los aspectos teológicos, podemos decir que todas las revoluciones modernas son de un mismo género: avanzan hacia un intento de justificación heterónoma del orden político.
  • Es la autonomía de lo humano, pone en contradicción el orden natural con el artificial.
  • En el s. XVIII y comienzos de XIX se manifiesta como pelea entre lo providencial y la voluntad del hombre, y debe revertirse la relación entre esos dos.
  • La voluntad del hombre será lo que sea su propia providencia, lo que significará la conversión del reino de Dios en un reino terreno, histórico.
  • La política vuelve gracias al voluntarismo a re sacralizarse pero no en el sentido religioso sino puramente histórico y humano.
  • El futuro se convierte para la revolución en el tiempo que verdaderamente debe ser vivido: toda la historia es solo un campo de preparación para un acontecimiento futuro que ocurrirá en los tiempos.
  • La clave del poder político es poseer la llave que nos permita acceder a ese futuro y ver cómo será.
  • La historia empieza a ser vista no en un sentido trascendente sino en uno inmanente.
  • La revolución es precisamente la afirmación de la voluntad política, de la voluntad del hombre, o sea que él puede desprenderse legítimamente de su pasado, para implementar y construir una sociedad nueva.
  • Así, las ideologías se convierten en las religiones nuevas del hombre en el s. XIX y XX.
  • La ideología me describe y me descubre el sentido de la historia. Conocer las leyes de la historia, algo que la ideología promete, importa tanto como garantizar el éxito de la revolución y encender la pasión revolucionaria en nosotros.
  • Aunque las ideologías modernas sean diversas, la ideología revolucionaria es la madre de todas las ideologías.
  • Este mundo ya no es católico, y vivimos en un universo político que se caracteriza por la privatización de la religión y por la exaltación del individuo; esto es, el Estado se ha hecho dueño de la escena pública y nos ha recluido a los individuos con nuestras creencias en el ámbito privado.
  • Conclusión: a partir del s. XVIII ya no existe más una tradición occidental europea cristiana católica, esta ha sido fragmentada desde la Reforma y ha sido nuevamente quebrada por cada una de las rupturas políticas, filosóficas, económicas, que se sucedieron desde el s. XVI hasta el XVIII y XIX.
  • No hay más una tradición única, unidad de la tradición, sino que las tradiciones serán locales, nacionales.
  • Esto es importante porque, en alguna medida, el conservadurismo se nos presenta como una especie de tradicionalismo, un defensor de la tradición, pero siempre comprendida en el sentido expuesto: tradición nacional, local, histórica, particular, propia de un determinado pueblo o de una nación dada.
  • La cuestión es: si la tradición se ha fragmentado, los enemigos de la revolución se han fragmentado también.
  • Defender una herencia común es defender algo que solo se puede exponer en términos propios, locales, no universales.
  • Entonces, es legítimo preguntarse ¿de qué revolución o a qué revolución se oponen los conservadores?
    • En principio, es a la Revolución Francesa.
    • Con el paso del tiempo, será también la Revolución Socialista, pero no hay una actitud de oposición idéntica respecto de otras revoluciones, como es la inglesa o la americana.
    • El conservadurismo parece ser un modo de expresión política propia del mundo anglosajón, en este sentido no es raro ver que los ingleses defiendan a la Revolución de 1688, que no se mancilla, porque siempre será Gloriosa, y que los americanos apunten como momento inicial de su tradición política, de su tradicionalismo, a la Revolución de 1776.
  • Se ha discutido si el término conservador es el más abarcativo, si en vez de ser el género es una especie dentro de un movimiento contrarrevolucionario más grande, etc.
  • Tal vez, para abarcar a todos estos opositores variopintos de la revolución, la categoría más general puede ser la de contrarrevolucionario, incluso la de reaccionario, pero habría que notar que estos contrarrevolucionarios, tomaron 2 grandes rubros:
    1. El del mundo anglosajón
      • Liberales opuestos a las ideas afrancesadas, se los denominará conservadores, por su repudio para con el racionalismo francés.
      • Característica: son conciliadores en su propia casa, pero fuera del mundo anglosajón, son opositores acérrimos tal vez.
    2. El de fuera del mundo anglosajón, en el continental europeo (España no es Europa por cierto)
      • En este ámbito, a diferencia de los anglosajones, los contrarrevolucionarios suelen ser católicos y no protestantes, y aparecen muy apegados a las tradiciones nacionales, sin una aspiración a la universalidad.
      • Por ejemplo, eso se nota mucho en el tradicionalismo francés: esa defensa del viejo orden monárquico montado sobre el derecho divino de los reyes está en Bonald y De Maistre, también en los llamados legitimistas, aunque el legitimismo tendrá con el tiempo un distinto colorido dependiendo de la legitimidad de la que se trate.
      • El caso francés rematará en ciertos nacionalismos estatistas, que se vuelven realistas (tendrá su culminación en Maurras); es un nacionalismo que se dice francés y que renuncia a todo elemento romántico en apariencia.
      • Incluso en este tradicionalismo continental europeo se va notando con el pasar de los años una suerte de aflojamiento de las posiciones duras en ciertos sectores.
      • Por ejemplo, hay algunas corrientes legitimistas moderadas que se asimilarán al conservadurismo anglosajón de Edmund Burke, como Brissot, etc.
      • En ciertos tradicionalistas se nota un giro democrático en una suerte de conciliación con el mundo moderno, por ejemplo en D’Amenai (?) y en muchos católicos hispánicos.
  • Advertencia: hay un viejo conservatismo y otro nuevo
    • El original es propiamente anglosajón, fuertemente contrarrevolucionario, no necesariamente antiliberal en todos los casos.
    • Hay otro, el neoconservadurismo, que es más acomodaticio y pragmático.
    • El viejo era más religioso en sus orígenes, aunque protestante generalmente, mientras que el nuevo tiende a ser agnóstico, si no, ateo, o si no, cree en una religión natural común a todos los hombres sin preocuparse de qué Dios trata esta religión.
    • El viejo conservadurismo era respetuoso de la moralidad tradicional, todavía bastante cristiana; este conservadurismo moderno se va acomodando a las experiencias morales y a las diferencias que proponen los tiempos.
    • El viejo profesaba la existencia de ciertos principios que no estarían sujetos a la transacción política; el nuevo se ha vuelto más pragmático, cree que las conveniencias políticas están sobre los principios y se basa en una falsa prudencia.
    • El tradicionalismo antiguo se fundaba en la historia; este moderno se funda en la sociología, biología y leyes sociales, hacen de la costumbre no el río caudaloso de la vida de una nación, sino una regla social fija e ineluctable.
    • En ambos casos, hay una visión inmanente de los procesos políticos y sociales.
    • En el caso del conservadurismo tradicional o viejo conservadurismo, se trata de la tradición nacional, la historia de un determinado país, en este caso Inglaterra. En el nuevo, se habla de leyes inmanentes a cada una de las sociedades, que de alguna manera se pueden exprimir en leyes generales, como en el caso de De Bonald.
    • El viejo conservadurismo tenía como enemigo a la revolución racionalista, especialmente al racionalismo revolucionario francés; el nuevo se enfrenta en un mundo bipolar (Rusia y EEUU) y su enemigo es la Revolución Socialista, de modo que no será raro que con el correr del tiempo o casi inmediatamente, el resurgir del neoconservadurismo de EEUU se haga de la mano del liberalismo.
    • Por el acontecimiento histórico, por la cantidad de sucesos revolucionarios a que el conservador se ve enfrentado, por la necesidad de hacer del conservadurismo no una reacción meramente intelectual o visceral, sino una reacción también política, en el conservadurismo se presenta una dificultad intrínseca equilibrista: tiene que andar permanentemente distante tanto del cielo (ideales racionales enormes de la humanidad) como de la tierra (de la tentación de seguir la corriente política), y mientras tanto, tiene que caminar en el alambre delgado, es decir, por la tradición estrecha de cada una de las naciones.
    • Este conservadurismo podía hacer eso si el equilibrista era una mente brillante dotada del talento político como Burke, o un intelectual que estaba decidido a este caminar sobre el mismo alambre de Burke, como Russell Kirk; después de ellos, es inevitable que el equilibrista se caiga.
    • Algunos han dicho que no es posible dar un concepto general de lo que es el conservadurismo, entre ellos, un historiador norteamericano, George Nash, en su libro La rebelión conservadora en EEUU, duda que haya una definición satisfactoria de lo que es el conservadurismo, porque este va variando con el lugar y con la época.
    • El problema de Nash es que piensa solo como historiador respecto de su objeto de estudio y se ha olvidado de otras tradiciones, como la anglosajona, y tiene en mente ese pulpo que es el conservadurismo norteamericano, dotado de una multitud de tentáculos que lo hacen ser lo que Frank Meyer llama una ‘corriente política de naturaleza fusionista’: casi como un camaleón que tiende a mimetizarse.
    • William R. Harbour en 1982 escribió otro libro El pensamiento conservador; este es el esfuerzo más intenso por tratar de mostrar al conservadurismo como el heredero de la tradición humanista y cristiana (no católica), para distinguirlo de la tradición revolucionaria, liberal, racionalista, ilustrada.

RESUMEN DE LOS CAPÍTULOS DEL LIBRO DE HARBOUR

  • Dice Harbour que el conservadurismo afirma una orientación religiosa resultada de un principio cosmológico creacionista, crean en Dios
  • Es teocéntrico, cree que el hombre está llamado a vivir con Dios; por tanto, existe una suerte de redención del ser humano.
  • Esto exige que el hombre social y político tenga una constitución necesariamente religiosa.
  • El PROBLEMA para el conservadurismo (que ya se presentó en el s. XIX) está en cómo hacer frente al agnosticismo y a la religiosidad privada.
  • Un conservador que cree en esta orientación religiosa frente al problema del aborto, divorcio, eutanasia o droga, ¿podrá seguir manteniendo el agnosticismo público y dirá que será solo un problema moral, en unos casos, público, y en otros, privado?
  • Harbour dice que hay una concepción antropológica propiamente conservadora que viene de Burke y que se niega a considerar al hombre abstractamente: “no hay una naturaleza del hombre separada de sus hábitos” (costumbres, tradiciones, prejuicios).
    • De aquí se desprenderían algunas notas como la naturaleza humana, la tendencia al hombre de ciertos valores, etc.
    • Es cierto que esto es un rasgo del primer conservadurismo
    • Hay 2 PROBLEMAS:
      1. Cómo el conservador hará en este mundo para enfrentarse a la pérdida del sentido religioso, ¿profesará solamente una religiosidad en el ámbito privado?
      2. Ese problema que está siempre presente en los conservadores, que es tomar al hábito como lo más importante de la naturaleza humana, como si no existiera la naturaleza misma.
        • Los conservadores defienden la inmutabilidad de la naturaleza humana, pero al mismo tiempo la ven mudada por las costumbres y tradiciones de cada pueblo.
        • Hay algo que metafísica o psicológicamente no acaba de cuadrar bien.
  • Harbour dice que hay una idea conservadora de la razón humana.
    • El modo de entender la razón por el conservador es crítico del racionalismo político, especialmente de la razón revolucionaria de los ilustrados.
    • Es un modo que concede importancia a las circunstancias para la acción, y está siempre alerta para defender a la tradición y al prejuicio, que es como una participación de la tradición en cada uno de los sujetos.
    • Este es un capital propio del conservadurismo, es cierto. Pero…
  1. El conservadurismo, por el “imperio de lo concreto” o por la atención a las circunstancias de la acción (como quería Bell), tiene el problema de ir a un pragmatismo cada vez más descarnado, o a someterse a una transacción permanente en la cual los principios quedan postergados ad eternum o hasta que se dé la buena fortuna.
  2. La tendencia a una cierta irracionalidad romántica, y a un intuicionismo que acaba por sustituir a la prudencia, termina en un modo de voluntarismo, no al modo de los ilustrados, pero voluntarismo al fin.
    • Hacer a la razón un elemento de escrutación de la realidad necesariamente dependiente de su constitución histórica significa ni más ni menos que negar el poder de la razón para conocer lo que las cosas son.
  3. Lo más grave: la sustitución de la verdad por la historia, del ser por las costumbres.
  • Harbour dice que existe una teoría moral conservadora dependiente de los principios que hemos visto antes (concepción de la razón, del hombre, etc.).
  • Es cierto, existe una moral conservadora, pero hay aquí algunas dificultades que hay que sortear.
    1. Es cierto que hay un principio cosmológico y creencia en un ser religioso: hay que enfrentar la dependencia de un hombre religioso cada vez menos definido.
      • Esto es observable en el movimiento conservador o neocon en todo el mundo.
      • Ese trasfondo religioso se lo ha ido sustituyendo en todos los ámbitos, el que nos interesa es la economía: pasamos de una teoría conservadora basada en la virtud a otra basada en el libre mercado o en los derechos de los hombres.
    2. Inevitablemente, esta teoría moral conservadora, en la medida que pierda su sustento, su arraigo en los códigos morales de la ley religiosa —no inventada, sino revelada—, van a caer en el relativismo público; el caso inglés es la prueba cabal de esto.
  • El libro de Harbour concluye con las bases conservadoras de una buena sociedad
  • Entre ellas, la defensa de la tradición y de la cultura de la sociedad incluso por sobre la política misma; esto es, tratar de defender un tesoro que no pertenece ni siquiera a la política, sino que es la tradición y la cultura propia de una sociedad que se nos reveló en la historia.
  • También, el talante antirrevolucionario del conservador, el elitismo aristocrático y la meritocracia en esos países en que la aristocracia ya no existe.
  • Por último, la herencia de una Reforma en el sentido burkeano, que nunca es completamente nueva porque siempre conserva algo, y nunca es completamente lo viejo porque siempre introduce algo nuevo.

ACOTACIONES

  • El conservador sabe de entrada que las tradiciones son relativas por ser nacionales, salvo Burke, que en algún momento atinó a decir que las tradiciones estaban ancladas a ellos mismos, los demás conservadores las van anclando en las costumbres y en la historia de los diferentes países.
    • Acudir a la tradición para preservar los valores permanentes de una sociedad, no es más que un argumento relativista.
  • Esto de la reforma con continuidad se asemeja a la posición del papa Ratzinger respecto del CVII en ese famoso discurso que levantó polvareda, la Navidad del año 2009 (?).
    • En la medida que el propio relativismo no nos deje expresar aquello que hay que conservar y aquello que ha de ser mudado, estamos ante un verdadero problema que el conservadurismo no podrá solucionar.
  • Cosas importantes
    • Confianza en la razón ilustrada
      • Es una confianza en los planes que la razón trata respecto a la vida de los hombres.
      • Burke decía que la razón debería estar asistida por la razón ajustada de los hombres, que no era la razón individual, sino una impersonal que se nos manifestaba en la historia, que era la que nos tenía que aproximar a una concepción racional de otro tipo de política.
      • Gonzalo Fernández de la Mora habla de un ‘razonismo’ diferenciado de racionalismo.
      • Cánovas del Castillo repite en Deshonrosa memoria un concepto sobre esto.
      • Los conservadores no son individualistas, creen que el hombre es un ser social.
      • Con Burke creían que la vida social le da al hombre una segunda naturaleza.
      • A los franceses le dice que los individuos no se ponen en un tablero que se mueven a gusto de los racionalistas.
      • Sin embargo, en el nuevo conservadurismo encontramos racionalismo e individualismo, propio de la economía del mercado.
    • Es cierto también que los viejos conservadores decían que la libertad no debía entenderse de modo abstracto, que es aquello que la realidad permite en su propia trayectoria histórica.
      • Decían que no se trata de libertades que se declaman y escriben en una declaración (como la libertad revolucionaria francesa), sino que son aquellas que el hombre conquista y que son independientes de las obligaciones y de los deberes morales.
      • Tampoco creían en derechos naturales y abstractos ni en libertades.
      • La crítica de Burke a los racionalistas franceses fue despiadada aquí.
      • No son derechos naturales, sino históricos, derechos concretos, nacionales. ¿Qué puede hacer el neocon? Hoy está obligado hasta a respetar la carta de la ONU, solo puede guardar esta teoría en un balcón y sepultar las verdades viejas
    • Tampoco creen en la desigualdad real, sino en las desigualdades sociales, que son una lacra para la sociedad.
      • Espina dorsal de este conservadurismo clásico es presentarse como el enclítico de la filosofía progresista.
      • Hay un autor que señala que casi en vez de conservadurismo lo que deberíamos hablar es de antiprogresismo, porque el conservadurismo es el antónimo directo del progresismo.
      • Sin embargo, esto no significa que los conservadores estén integrados a la Reforma, sino que pregonan una reforma que es una continuidad en lugar de discontinuidad.
      • Esta concepción antiprogresista de la historia con el tiempo se va a ir transformando en un escepticismo, al punto que un historiador ‘conservador’, Jacob Burckhardt, escribió: “No tengo ninguna esperanza para el mundo”.
      • Es cierto que aquel viejo conservadurismo creía en la redención del hombre.
      • Burke ha sido de los filósofos políticos más atrevidos en esto: definió al hombre como un animal religioso.
      • Es cierto que los viejos conservadores eran creyentes, pero protestantes.
      • Y es cierto que hacían de la religión una suerte de sostén del régimen social y político.
      • Pero no hay que dudar para ver cómo esta concepción con el cambio de las generaciones se va convirtiendo en un voluntarismo religioso, y la necesidad de la religión pasa ser nada más que un elemento indispensable para conservar la moralidad.
      • Defensa de la religión establecida: anglicanismo.
      • En el caso norteamericano, la indiferencia, la tolerancia.
      • Algunos conservadores en la actualidad o en el neoconservadurismo aún conservan ese viejo resabio, como Richard Weaver (de los más interesantes): “Ningún concepto ilumina más el precepto de hombre que el pecado original. El pecado original es la expresión parabólica de esa tendencia del hombre de actual inteligiblemente”.
      • Es solo para marcarnos lo que los conservadores hacen y no para marcarnos la necesidad de ser redimidos.

EL PROBLEMA DEL ESTADO

  • El conservadurismo se sintió cómodo con las instituciones del Estado liberal, de hecho es uno de los baluartes que lo sostiene.
  • Comparten en los s. XVIII y XIX ese compromiso con las instituciones representativas, parlamentarias, el gobierno de la ley (Rule of Law).
  • Burke, para acuñar un término particular y definir cómo era el Estado o el gobierno anglosajón, dijo que el Estado era un fideicomisario, un gestor de intereses en común o de negocios ajenos.
  • Que el Estado era un delegado, no por un contrato, sino por la tradición de otro país.
  • La noción de Estado fideicomisario supone unos intereses comunes que yo no puedo tocar, ni cambiar; por otro lado, supone que eso que me da en depósito es lo que he de gestionar sin tradicionalismo.
  • Burke, en los pensamientos sobre la escasez, un panfletito de 1795, decía: “El Estado debe limitarse en lo que respecta al Estado o a las criaturas del Estado, a saber, el establecimiento de la religión, su magistratura; en una palabra: todo lo que es verdadera y debidamente a la paz pública, a la seguridad pública y a la propiedad pública”.
  • Eso está muy lejos de una concepción aceptablemente católica del bien común.
  • En ese mismo discurso, marcó cómo este depósito o fideicomiso a cargo del Estado implicaba al mismo tiempo una limitación a sus patrimonios: “A medida que los poderes del gobierno descienden del Estado a una provincia, de una provincia a una parroquia, y de una parroquia a una casa privada, siguen acelerados en su trayectoria: ellos no pueden hacer el deber más bajo. El gobierno no puede hacer el deber más bajo. Y en proporción, aquellos que lo intentan, seguro fracasarán en el más alto”.
  • Es una especie de principio de subsidiariedad.

CONCLUSIÓN

  • Solo en la mente de una persona como Edmund Burke se podía andar sin ignorar a los cielos y sin caer a la tierra, después, los conservadores (porque la mayoría dependía de ello) son nada. Russel Kirk es un ejemplo, que en los años 50 recuperó a Burke para los norteamericanos.
  • En 1953 escribió La mentalidad conservadora, en el cual sintetiza las cláusulas de un pensamiento conservador
    • La idea de un orden trascendente o de leyes naturales que rigen a la sociedad junto a una conciencia individual.
      • Aquí le agregó el toque personal típicamente protestante, “la conciencia individual”.
      • Esta afirmación en nada se distingue de la de los iusnaturalistas, racionalistas, protestantes del s. XVIII y XIX.
    • El aprecio por la variedad y el misterio de la vida humana, opuesto a la uniformidad, al igualitarismo y al utilitarismo.
      • Esto es lo mismo que el militarismo romántico al estilo de Stuart Mill.
    • La convicción de que la sociedad requiere orden y clases, y que el conservadurismo se para frente a la igualdad o contra el igualitarismo.
    • La persuasión de que la propiedad y la libertad están estrechamente ligadas.
    • La fe en la prescripción y la fe de las costumbres,
    • El reconocimiento de que el cambio por el cambio mismo puede no ser una reforma beneficiosa o saludable para la sociedad; idea que también es patrimonio del racionalismo.
  • El conservadurismo, salvo en escasas mentes, se nos ha mostrado como equívoco.
  • Con el correr del tiempo, muerto Kirk, hay una tendencia hacia el liberalismo, de un costado del conservadurismo brota el germen romántico, una tendencia también que brota hacia el nacionalismo, y otra sociológica.
    • Basta echar una mirada a la lista de conservadores elaborada por Roger Scruton, donde figuran: Chesterton, Hegel, Hayek, el padre John Courtney Murray, Robert Murray, Vilfredo Pareto, Eric Vogelin.
    • Autores que le gustan a Scruton y que no son necesariamente conservadores, en algunos casos son radicales o liberales terribles.
  • Como vio Leo Strauss, el mayor peligro para la inteligencia está en esa forma de positivismo, que es el historicismo, y en el que necesariamente remarca el conservadurismo, que hace de la historia la esencia de la humanidad.
  • La historia es para el conservador, la causa final, la eficiente y la ejemplar de toda política, pero sabemos que la historia no explica la historia.
  • No podemos encontrar en la historia la explicación de lo que la historia es, solamente podemos encontrar en la historia los remedios a los males políticos cuando sabemos buscar, o sea cuando entramos a la historia con una razón que ha sido formada en la idea ejemplar de lo que es un orden político.
  • Leo Strauss dice en Derecho natural e historia: “Lejos de legitimar la inferencia historicista, la historia parece más bien demostrar que todo ensañamiento humano, y por el contrario todo pensamiento filosófico, se interesa por los mismos temas o problemas fundamentales, y que por tanto, existe un marco inmutable que persiste en todos los cambios del conocimiento humano tanto sobre los hechos como sobre los principios. Dicha inferencia e obviamente compatible con el hecho de que la claridad con relación a estos problemas, la aproximación a los mismos y las soluciones sugeridas al respecto, varían más o menos dependiendo del pensador o de la época. Si los problemas fundamentales persisten en todo cambio histórico, el pensamiento humano es capaz de superar la limitación histórica o traspasar la frontera de lo histórico. Este sería el caso incluso si fuera verdad que todos los intentos de solucionar este problema estuvieran llamados al fracaso debido a la historicidad de todo pensamiento humano”.
  • En otras palabras, el problema con el conservadurismo es que tiene una floja, sino una mala metafísica, basada en la historia y no en el ser, basado en lo contingente y no en lo trascendental.
  • Por eso mismo, con el correr del tiempo, el conservadurismo se ha visto claramente ambivalente respecto a la modernidad.
  • Chateaubriand decía: “Queremos la revolución sin la revolución”, o sea, queremos los principios revolucionarios pero sin la violencia.

PREGUNTAS

Influencia del positivismo en el conservadurismo

En la misma medida en que la verdad viene dada por una explicación que no responde a lo que las cosas son estamos en un camino cercano al positivismo. La verdad del hecho, de la historia, de la norma… todos los tipos de positivismo son posibles, y el conservadurismo no ha escapado a esta intención moderna.

¿Podemos hablar de un conservador Bolívar y un liberal Santander?

No, los 2 son liberales, pero Bolívar cuando llega al poder se da cuenta de que no puede seguir haciendo lo que hacía cuando estaba en guerra, tenía que gobernar, le fue mal y le dejó a nuestras repúblicas recién nacidas, destruidas. Ya las repúblicas desde Panamá hasta Bolivia eran escombros, y lo dice él.

¿Su valoración de Edmund Burke?

Admirador no ciego de Burke. Gracias a Don Julio Irazusta pudo conocer su obra, con Ayuso han cruzado palabras. Él cree que Burke tiene una visión bastante accesible a lo que puede ser un pensamiento tradicionalista; hay cosas malas, es un hombre que hizo su obra al caballo de los acontecimientos históricos y políticos. Pero es un pensador notable, le tiene un gran aprecio incluso hasta el día de hoy.

¿El conservadurismo es una simple reacción vulgar y acrítica de los movimientos progresistas? Porque al ser simplemente contrario adopta posiciones que no tienen unidad.

Se ha demostrado lo contrario. En un caso Kirk y en otro caso Harbour, los conservadores creen tener (y lo tienen en la medida que sean leales a esos principios) un bagaje intelectual que hace que no sean más que oportunistas.

¿Criterio para diferenciar el conservadurismo y la tradición es que el primero acepta el constitucionalismo?

Puede ser. Burke diría que la constitución de la que él habla es tradicional histórica inglesa y no racionalista al modelo francés.

¿Hay relaciones muy estrechas entre conservadurismo moral y modelos capitalistas de economía? Relación del conservadurismo con la usura y el pensamiento privado.

Hay que ponerse en ciertas circunstancias históricas. El imperialismo inglés era una manera de defender el nacionalismo; por tanto, todas aquellas medidas de explotación económica a las que Burke aceptaba, pero creía que debían ser modificadas, forman parte de esa moral económica de los conservadores.

¿El magisterio de la iglesia permite participación por medio de los partidos políticos?

No está prohibido,  salvo que veamos claramente que se trata de liberales al modo como lo definió León XIII en la encíclica Libertas.

La encíclica Amoris Laetitia se puede calificar como conservadora?

No vale la pena leerlo.

¿Hay relaciones entre conservadurismo y personalismo?

No, porque al menos el viejo conservadurismo no tenía nada de progresista, y al mismo tiempo creía en una inmudable naturaleza humana, mientras que el personalismo cree que la persona es acción y después naturaleza, y por tanto la persona es lo que cada uno hace de sí mismo.

¿Conservadurismo y conservatismo son equivalentes?

Sí.

¿Cómo entender algunas necesidades de reformas de una manera sana? Conservar renovando y renovar conservando.

Se asemeja a lo dicho por Burke. Lo que justifica o legitima una reforma es siempre el bien común, no hay otro principio que pueda fundar una política reformista sino el bien común, y este está abierto necesariamente a la tradición, no solo universal, sino la tradición nacional, particular. En el conservadurismo, no hay una concepción del bien común, sino del interés público que se delega al Estado.

Como católicos que buscan la tradición y la verdad de las cosas, ¿cómo mostrar al mundo pagano que el conservadurismo en realidad no conserva y que es necesario volver al aristotelismo tomista?

Señalar el necesario relativismo que cae en el historicismo, abogar por lo que nos muestra las cosas a partir del ser y no a partir del devenir, a partir de lo universal y no de lo que discurre por ser contingente.

¿Es posible ser católico y conservador? Algunos dicen que los carlistas intentan monopolizar la tradición. Estos críticos rescatan a Donoso y Balmes son ideas de conciliar la tradición con el Estado liberal.

Como en conglomerado anti racionalista y contrarrevolucionario, no es raro que un conservador recurra a un tradicionalista, pero esto no quiere decir que todos los años de su vida Donoso haya sido un tradicionalista; muere en el tradicionalismo, y en un tradicionalismo que algún amigo español ha calificado casi huérfano, porque es ajeno a nuestra tradición carlista; lo mismo podríamos decir de Balmes. Francisco Elías de Tejada tiene trabajos sobre este último, y va revisando lo que se ha dicho sobre el tradicionalismo de Balmes.

¿Cree que la economía política inglesa es la marca indeleble del conservadurismo? Esto explicaría su afinidad intrínseca a la modernidad política revolucionaria, porque hasta el marxismo bebe de la economía política.

Sí, sin duda.

¿El nombre del libro de Strauss?

“Derecho natural e historia”.

¿Qué opinión tiene de Carl Schmitt? De la corriente del realismo político o conservadurismo.

Al igual que algo que pasó sobre Bismarck, son exponentes de un conservadurismo nacionalista, estatista, propiamente de raíz germánica.

¿Toynbee es una buena referencia para una noción católica de la historia?

Segovia no lo ha leído, pero dice que hay que leer la historia con una formación católica previa.

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