Un día como hoy, 26 de abril de 1860, nació Pablo E. Roca, un gran forjador del cruceñismo. Por este motivo, a continuación, reproducimos un artículo que rememora su vida y obra. Las negritas son nuestras.
Fuente: Revista Archivo Histórico. Año 1 Nº 1. Santa Cruz de la Sierra, septiembre-octubre 2003. Pp 51-52.
Por: Luis Fernando Roca y Horacio Alcázar
Pablo E. Roca fue un distinguido hombre público cruceño nacido en Salta, Argentina. Su padre, el abogado cruceño Ramón Roca Salvatierra, se hallaba desterrado allí por causas políticas y contrajo matrimonio con la salteña doña Eloísa Elizondo. Siendo niño, Pablo fue traído a Santa Cruz donde cursó la educación secundaria y luego, la carrera de Derecho en la universidad local, por entonces llamada Santo Tomás de Aquino. Se lo recuerda como un fogoso político y elocuente orador y parlamentario, cualidades que lo hizo comandar verdaderas legiones intelectuales y populares.
Su actuación parlamentaria más conocida se produjo cuando liderizó la oposición, junto a otros cruceños, a que no se ratificara el Tratado de 1904 que cedió a perpetuidad el litoral boliviano a Chile a cambio de una indemnización pecuniaria. Allí actuó con vehemencia y convicción, acusando a la mayoría liberal de «vende patria» la cual, no obstante hizo que prevaleciera el criterio de la ratificación.
Roca actuó como figura prominente en la política local cuando Santa Cruz exigía la construcción del ferrocarril a Cochabamba para remediar la ruinosa situación en que había quedado la economía departamental cuando se le cerraron los mercados del altiplano. Esto se produjo a raíz de la construcción del ferrocarril Antofagasta-Oruro y como resultado de los acuerdos de abastecimiento agropecuario a que había llegado Bolivia con Chile y Perú después de la guerra del Pacífico, todo en detrimento de Santa Cruz. A la caída del Partido Liberal en 1920, las esperanzas se pusieron en el presidente Bautista Saavedra quien defraudó las legítimas aspiraciones cruceñas no obstante de haber ascendido al mando con el vigoroso apoyo de este Departamento. A cambio de la vía férrea, el gobierno ofreció una carretera que no se construyó motivando que surgiera la consigna popular de «Ferrocarril o nada».
En aquel ambiente de frustración se organizó en Santa Cruz un movimiento político llamado «orientalista» o «regionalista» en el que, junto a Roca, formaron parte Uldalrico Zambrana Franco y Celso Castedo Barba quienes en 1921 protagonizaron un levantamiento de protesta que fue rápidamente sofocado por el gobierno central. A los pocos años, en 1924, tuvo lugar otra insurrección, esta vez de mayor alcance que formó una «Junta Gubernativa» presidida por Roca e integrada por Guillermo Añez y Cástulo Chávez la cual, pese a que sólo reclamaba la concreción del ferrocarril Cochabamba-Santa Cruz, la Junta fue tildada de «separatista» por el régimen de Saavedra. Este envió tropas al mando del General alemán Hans Kunt desde La Paz para reducir a los rebeldes quienes se rindieron sin cometer exceso alguno contra la población. En represalia, la mayoría oficialista en el congreso nacional despojó al doctor Roca de su condición de Senador de la República obligándolo a salir desterrado.
La carrera parlamentaria de Roca, en representación de Santa Cruz y el Beni, se prolongó por espacio de 28 años durante los que siempre exhibió una gran consagración al trabajo y un acendrado patriotismo. En 1926 ocupó la cartera de Fomento y Comunicaciones durante el Gobierno de Hernando Siles y antes fue candidato a la segunda Vicepresidencia de la República. Fue varias veces Presidente y miembro del Concejo Municipal cruceño y, en 1910 tuvo a su cargo la preparación de los festejos en ocasión de conmemorarse el centenario del pronunciamiento anticolonial de la ciudad.
Además de sus conocidas virtudes de luchador y patriota, el doctor Roca se distinguió por sus cualidades de caballerosidad y decencia por lo que era unánimemente apreciado y respetado en el medio local. De él ha dicho Humberto Vázquez Machicado: «En su lucha contra el liberalismo, la conciencia indoblegable del doctor Roca prefirió la honrada pobreza a los oropeles del poder. La enseña de su vida fue la serenidad que brillaba en medio de su oratoria; su dominio de la palabra no era el vocerío populachero de las plazas públicas sino de la academia culta y exigente. Su palabra torneada con fino cincel, sabía deslizarse insinuante llevando la semilla de la idea con fuerte corriente de emoción. Era de ilustre abolengo; descendía directamente del tronco señorial de los Salvatierra cuya progenie ennoblece los anales de Santa Cruz de la Sierra. A este su derecho de cuna, Roca añadía exquisitas condiciones de sociabilidad que hacían de él una figura de primer orden en el trato social de los estrados. Era un caballero en el más estricto sentido del término, de conducta intachable así en lo político como en lo social; poseía un carácter amable y un encanto natural a quienes lo trataban».
En 1932 el doctor Roca se retiró de la vida pública dedicándose a la enseñanza al lado de su maestro, Felipe Leonor Ribera. A edad avanzada, falleció en Santa Cruz el 17 de abril de 1945.
Familiares de Pablo E. Roca
Rafael Roca Pacheco
- Nació en Santa Cruz el 24 de octubre de 1863, falleció en Santa Ana del Yacuma el 17 de abril de 1919.
- Hijo del matrimonio de Manuel Antonio Roca Salvatierra y Amalia Pacheco (nacida en Buenos Aires, Argentina).
- Casado con Dalia Arteaga Roca, hija legítima de Félix Arteaga Urgel y Francisca Roca Aguilera, tuvieron los siguientes hijos: José, casó con Amalia García Cuéllar, Rafael, casó con Elvira Arteaga y Adela con Héctor Cuéllar Roca.
Maximiliano Cuéllar Roca
- Maximiliano Cuéllar Roca, hijo legítimo de Miguel Antonio Cuéllar Franco y su prima Mercedes Roca Franco.
- Nieto del matrimonio de Miguel Cuéllar Suárez y Genoveva Franco Viana.
- Nieto de Pedro Roca Salvatierra que casó con Mercedes Franco Durán.
- En la foto, Maximiliano Cuéllar Roca, en compañía de Beatriz y Yolanda, hijas de su matrimonio con Luisa Banzer Aliaga.
